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¿Nuevo puzle para inversores?

Tensiones comerciales EE. UU. vs Mundo:

 

Tensiones comerciales EE. UU. vs Mundo: ¿nuevo puzle para inversores?

Las recientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y el mundo se han convertido en verdaderos dolores de cabeza para los inversores, que navegan en un mundo de “Tweets”. De hecho, analizando la evolución de la cotización del “Twitter”, concluimos que ha sido una de las opciones más beneficiadas con la elección de Trump, al acumularse una revalorización superior al 120% en este período. La nueva manera de comunicación obliga a que se adapten los algoritmos de los inversores y de los ciudadanos, ya que tienen que estar conectados para poderse tomar decisiones sobre inversión.

La ignorancia relativa al desenlace de los varios frentes de la batalla en la guerra comercial empieza a penalizar a los mercados financieros. La influencia de Trump es global, abarcando desde empresas hasta países y bloques económicos. A modo de ejemplo, Harley Davidson avisó que puede que deslocalice parte de su producción para fuera de los EE. UU., de manera a evitar sanciones económicas, principalmente en Europa. La respuesta de Trump no se hizo esperar, y utilizando el nacionalismo americano para defender los empleos, avisó que la empresa puede defraudar a sus clientes y pagar impuestos “nunca vistos antes”. Al nivel de los países, tenemos a Turquía como ejemplo. Al pretender adquirir un sistema de defensa ruso, el departamento del Estado americano ha informado a este país que puede ser objetivo de sanciones por querer hacer negocios con Rusia.

En el caso de Irán, después de la vuelta que dio del acuerdo firmado por los EE. UU., se mantiene ahora la amenaza sobre las empresas europeas, como Total, sobre la suspensión del sistema de pagos internacional. Es decir, en el caso de que estas empresas no dejen de negociar o de invertir en Irán, podrán no conseguir invertir en el resto de países.

Con China, por ser más relevante, Trump tiene un discurso aparentemente agresivo, pero que se suaviza al mínimo signo de impacto en los mercados financieros estadounidenses, como se ha visto esta semana.

Pero Trump tampoco tiene miedo de los bloques económicos, amenazando a la Unión Europea con impuestos del 20% sobre los automóviles exportados para los Estados Unidos, en caso de que ésta no retroceda ante la represalia que hizo después de la imposición de impuestos sobre el acero y el aluminio de la Unión Europea. El resultado no se ha hecho esperar, con fuertes caídas en las acciones de las constructoras de automóviles europeas.

Esta estrategia de negociación, donde aparentemente todos pierden, es ganadora. Si los socios comerciales de los EE. UU., es decir, las empresas y mercados financieros europeos y chinos, se depreciasen más que los mercados americanos, entonces los Estados Unidos ya ganarían, porque en términos relativos su peso aumentaría.

Con las compañías de pagos más grandes, como Mastercard, Visa, Amex o Paypal, o las empresas tecnológicas conectadas a internet, domiciliadas en Estados Unidos, sabemos de qué lado está la ventaja de la negociación.

Esta amenaza, poco relativizada hasta ahora, debe llevarse en serio, e impulsar a la Unión Europea a debatir la verdadera integración, creando una alternativa a la dependencia y al chantaje. ¿Será que esta es una oportunidad perdida?