Loading...

Blog

DONDE HABLAMOS DE LA BOLSA
Home / Blog

La bolsa también tiene historia

Qué es y cómo está compuesto el S&P 500

 

Qué es y cómo está compuesto el S&P 500

El índice S&P 500 es seguramente el índice bursátil más popular y reconocido en el mundo. Sin embargo, muchos inversores no conocen al detalle cómo funciona en términos de los activos que lo componen. Recientemente, la noticia de que Twitter (TWTR) va a reemplazar a Monsanto (MON) dentro de la cartera de este indicador, ha generado mucha curiosidad entre la comunidad inversora.

¿Cómo está compuesto el índice S&P 500?

El S&P 500 está formado por 500 compañías de gran tamaño en los Estados Unidos, aunque no necesariamente las 500 más grandes. Las acciones que componen el indicador son seleccionadas por un comité, y esto permite cierto margen de discrecionalidad. Sin embargo, este comité debe respetar algunas normas específicas, ya que las empresas que forman parte del índice S&P 500 deben cumplir una serie de requisitos.

Para empezar, la compañía en cuestión debe tener domicilio en Estados Unidos, y las acciones tienen que cotizar en el New York Stock Exchange o en el Nasdaq. Este requisito no solo obedece a criterios geográficos, también a regulatorios, porque las firmas con domicilio en los EE. UU. deben cumplir determinadas normas de legalidad, contabilidad y acceso a la información.

La capitalización bursátil del negocio debe superar los 6.100 millones de dólares, y este requerimiento de tamaño se ajusta regularmente. En esencia, esto garantiza que las empresas que componen el índice se encuentren entre las más grandes del mercado.

También es necesario que por lo menos el 50% de las acciones estén disponibles y en circulación en el mercado. Cuando una compañía comienza a cotizar en bolsa, puede pasar que un alto porcentaje de las tenencias estén en manos de los dueños originales de la firma o de otros grandes tenedores institucionales. Estas acciones, normalmente no circulan en el mercado, y por tanto no se encuentran disponibles para ser compradas o vendidas por el público inversor en general. Para que la empresa pueda incluirse en el índice S&P 500 es imprescindible que por lo menos el 50% de los papeles existentes estén en circulación de manera libre en el mercado, me manera que se asegure un gran acceso a una cantidad grande de inversores en general.

Un criterio importante es que se requiere que la empresa haya reportado resultados positivos en los últimos cuatro trimestres seguidos. Este factor, a primera vista, no nos dice nada sobre las tasas de crecimiento de la compañía ni de sus niveles de rentabilidad, pero puede ser importante en relación con el filtro de calidad, ya que este criterio ayuda a eliminar aquellas empresas más tóxicas en cuanto a calidad financiera.

En cuanto a la composición sectorial, un 26% del portafolio proviene actualmente del sector de la tecnología; el sector financiero representa un 14%, el sector de la salud un 13,9%, consumo discrecional, industria 9,9%, consumo masivo 6,7%, energía 6,3%, materiales, 2,8%, servicios públicos 2,8%, real estate 2,7%, y telecomunicaciones el restante 1,8%.

En lo que respecta a los nombres individuales que componen el índice, entre las 10 empresas de mayor ponderación encontramos compañías de las más conocidas: Apple (AAPL), Microsoft (MSFT), Amazon (AMZN), Facebook (FB), Berkshire Hathaway (BRK-A) (BRK-B), JP Morgan Chase (JPM), Exxon Mobil (XOM), Alphabet (GOOGL) (GOOGL) y Johnson & Johnson (JNJ).

Curiosidades del índice S&P 500

Según datos estadísticos, en períodos de largo plazo, la mayoría de los gestores activos de fondos fracasan en sus intenciones de superar a los índices de referencia. Según datos de Fortune, a lo largo de un período de 15 años, un 92% de los gestores de fondos de activos de alta capitalización tuvieron retornos inferiores a los del índice S&P 500.

Hay muchas posibles explicaciones de este fenómeno. En primer lugar, el índice no se ve afectado por las emociones a la hora de entrar y salir de las posiciones, y esto puede ser una gran ventaja frente a los gestores activos de capital, quienes muchas veces caen presos del pánico y la codicia. Además, los gestores activos de fondos muchas veces tienen una mirada demasiado a corto plazo sobre los activos a seleccionar, y los costes tanto operativos como de búsqueda y comerciales, suelen impactar de manera negativa sobre los retornos de los gestores activos de fondos.