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Los bonos verdes

Los bonos verdes tienen mucho que ganar por la baja oferta y una demanda alta

Este año, la oferta de bonos verdes se ha ralentizado en medio de la pandemia de coronavirus, lo que hace que estos instrumentos sean raros y buscados como dinero real. Al mismo tiempo, el BCE comenzará a aceptar estos bonos como garantía a partir de 2021, contribuyendo a una mayor demanda. La inversión en bonos verdes tiene varias ventajas: baja volatilidad, rendimientos estables y la posibilidad de contar con el respaldo de una entidad acreditada.

Los bonos verdes son instrumentos destinados a recaudar fondos para proyectos climáticos y medioambientales. Están respaldados por el balance de la entidad emisora, por lo tanto, tienen la misma calificación crediticia que los demás bonos de ese mismo emisor.

Los bonos verdes se han convertido en el tema más discutido en 2020. No es un tema ceñido solo a la campaña electoral de Joe Biden, sino que los gobiernos de todo el mundo han estado adoptando y comenzando a actuar sobre él.

Diferentes tipos de bonos verdes

Los bonos verdes pueden ser emitidos por varias entidades como bancos, corporaciones o gobiernos.

La oferta de bonos verdes por parte de gobiernos, es bastante limitada, y hasta ahora, solo hemos visto a cinco países europeos emitir estos instrumentos: Alemania, Francia, Holanda, Bélgica e Irlanda. La primera emisión de bonos verdes de Alemania, realizada a principios de este mes, fue bien recibida por el mercado con una demanda que alcanzó los 33 mil millones de dólares. La salida del bono (DE0001030708) tuvo un precio de un punto básico por debajo del rendimiento de referencia DBR, mostrando a otros países europeos, de que podrían emitir deuda verde más barata que su curva de tipos actual.

Esta emisión de bonos fue relevante por varias razones. En primer lugar, se “emparejamiento” con un bono convencional equivalente para ver la existencia del denominado “greenium” (el diferencial extra, que un inversor requeriría, para comprar un bono verde) y garantizar la liquidez de los activos verdes en comparación con los instrumentos convencionales. En segundo lugar, proporciona una referencia libre de riesgo para el mundo de los bonos verdes europeos, que no existía antes. La ambición de Alemania es la de emitir más bonos verdes para crear una curva de rendimiento verde europea.

Las discusiones sobre bonos verdes gubernamentales, son relativamente nuevas, la emisión por parte del sector corporativo europeo ha estado activo en la emisión de bonos verdes desde que el Banco Europeo de Inversiones lanzó la idea en 2007. Según datos de Bloomberg, hay 223 mil millones de euros en deuda de bonos verdes corporativos denominada en euros. . Ofrecen una rentabilidad media del 3,4% y vencimientos hasta 3020 (no, no es un error tipográfico, estamos hablando de vencimientos dentro de 1000 años).

Este mes hemos visto a Volkswagen emitiendo bonos verdes con vencimiento a 8, 10 y 12 años en un intento por financiar proyectos de electromovilidad para aumentar su producción de vehículos eléctricos y de ese modo, superar a Tesla. La empresa pudo obtener fondos mucho más baratos que su curva de tipos en el tramo de ocho años, 15 puntos básicos más barato y los bonos a doce años, 13,5 puntos básicos más barato. La demanda de estos bonos fue extremadamente alta, la demanda alcanzó los 11.000 millones de euros y la empresa emitió bonos por valor de solo 2.000 millones de euros.

Esperamos ver más de estas emisiones a medida que los emisores busquen financiación barata y el BCE comience a aceptar bonos verdes como garantía.

¿Qué impulsa el rendimiento de los bonos verdes?

El principal impulsor del rendimiento de los bonos verdes es la demanda. Por el momento, hay una cantidad limitada de bonos verdes disponibles; sin embargo, como explicó Christopher, se debe invertir dinero real en estos instrumentos para cumplir con los requisitos del deber fiduciario. La cantidad de inversores institucionales con el mandato de invertir en proyectos RSC ha ido creciendo de forma constante, mientras que la emisión de bonos verdes se ha ralentizado en medio de la pandemia de coronavirus. A principios de año, Moody’s había estimado alrededor de 400 mil millones de dólares en nuevas emisiones de bonos verdes, hace unos meses tuvo que revisar esta cifra a 225 mil millones de dólares. Por lo tanto, un número considerable de inversores institucionales está acudiendo en masa a la compra, que empujan los precios al alza.


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