Momentum absoluto y Momentum relativo
Las inversiones de momentum (o impulso) consisten básicamente en tomar posiciones de inversión esperando que la tendencia del precio continue. Es decir apostar al alza en acciones, ETFs, commodities, y monedas con tendencia alcista de precios y, en ocasiones, a la baja en activos financieros con tendencia bajista. El principio fundamental detrás de las inversiones de momentum es que una vez que una tendencia de precios se ha establecido, lo más probable es que esta tendencia se sostenga en el mediano plazo. En base a este principio, los inversionistas de momentum buscan comprar aquellos activos que más han subido en un plazo de entre 3 y 12 meses y vender aquellos que más han bajado de precio en un plazo de entre 3 y 12 meses.
Existen diferentes clases de estrategias momentum, así como consideraciones importantes a tener en cuenta a la hora de aplicar las mismas.
Vamos a explicar las principales estrategias momentum absoluto y momentum relativo, así como diferentes horizontes temporales en los cuales se puede aplicar estas estrategias.
Momentum absoluto y Momentum relativo
En esencia, las inversiones de momentum se basan en la observación estadística de que existe persistencia en la performance de los activos financieros a mediano plazo. En términos simples, un activo con retornos elevados tiende a generar retornos atractivos en el futuro, mientras que un activo con retornos por debajo del promedio suele continuar generando retornos decepcionantes en el mediano plazo.
Adicionalmente, podemos diferenciar dos tipos diferentes de estrategias basadas en momentum, las de momentum absoluto (o momentum de serie de tiempo) y las estrategias de momentum relativo (o momentum cross-sectional).
El momentum absoluto se basa en analizar la performance de un activo a lo largo del tiempo sin tener en cuenta la performance de otros activos. Por ejemplo, muchos estudios estadísticos analizan estrategias que se basan en invertir en acciones con retornos por encima de cero en los últimos doce meses.
Alternativamente, el momentum relativo analiza la performance de un activo en comparación con otros activos. A la fecha del presente artículo las acciones de Apple (AAPL) acumulan un retorno de 44% en el último año, mientras que las de Facebook (FB) han ganado 1.6% en el mismo período. Entonces, ambos activos tienen momentum positivo en términos absolutos, ya que los retornos están por encima de cero los dos casos. Sin embargo, queda claro que Apple está superando a Facebook por amplio margen cuando se trata de retornos relativos.
Apple (AAPL) acumula un retorno del 44%
Facebook (FB) ha ganado un 1.6%
La evidencia estadística indica que ambos tipos de momentum pueden funcionar bien en el largo plazo, y los resultados pueden ser particularmente atractivos cuando se combinan el momentum absoluto y el momentum relativo en la misma estrategia.
Por ejemplo, muchos sistemas de trading consideran únicamente acciones con momentum absoluto positivo, es decir, solo pueden incluirse en el portafolio los activos que tengan retornos por encima de cero en los últimos 12 meses. Dentro de este conjunto de acciones con retornos absolutos positivos, se seleccionan luego las acciones con mayor retorno relativo.
Esta clase estrategias combinan al mismo tiempo la metodología de filtro con la metodología de ranking. Básicamente, un filtro establece que solo las compañías que cumplen con determinados requisitos pueden ser incluidas en el portafolio. El el ejemplo anterior, el requisito sería tener momentum absoluto positivo en un período de 12 meses. Un ranking, en cambio, ordena a los activos en base a determinadas características deseables, en este caso el momentum relativo de precios.
La estrategia entonces comienza aplicando un filtro de momentum positivo al universo de activos disponible. Posteriormente, dentro del grupo que cumple con el requisito de momentum positivo en términos absolutos se aplica un ranking de momentum relativo para seleccionar aquellos que ofrecen mayor fortaleza relativa.
Momentum em diferentes periodos de tiempo
Al respecto de los diferentes períodos de tiempo en los cuales conviene aplicar las estrategias de momentum, los datos estadísticos son bastante claros. En general, las estrategias de momentum pierden efectividad cuando se trata de plazos mayores a los 12 meses. Entonces, los sistemas de inversión basados en estas estrategias generalmente miden los retornos en plazos de 12 meses o menores. Por el mismo motivo, los portafolios también son balanceados en plazos de 12 meses o más breves.
Por otro lado, un plazo de menos de un mes suele ser demasiado breve para las estrategias de momentum. De hecho, algunos estudios han determinado que las estrategias de momentum suelen mostrar un fenómeno de reversión en este tipo de horizonte temporal. Esto quiere decir que muchas veces las acciones que han subido mucho de precio en el último mes suelen tener un descanso bajista, y las acciones que han bajado mucho de precio en el último mes suelen mostrar al menos un rebote alcista de corto plazo.
Teniendo esto en cuenta, generalmente las estrategias de momentum suelen seleccionar activos en base a su performance, ya sea absoluta o relativa, en un horizonte de 3, 6, 9, y 12 meses. Las estrategias pueden estar basadas en algún período de tiempo puntual, o simplemente tomar un promedio de los retornos en diferentes horizontes temporales.
Cuando una estrategia de momentum se basa en valores promedios de diferentes períodos de tiempo, este puede ser un promedio simple o un promedio ponderado. En el caso de promedio simple se le da la misma importancia a los diferentes plazos de tiempo dentro del valor promedio calculado. En cambio, una estrategia que toma el momentum promedio entre 3, 6 y 12 meses, por ejemplo, podría darle más importancia a los valores de más corto plazo para generar un modelo más dinámico y agresivo.
Es importante tener en cuenta que la estrategia de momentum tendrá características diferentes en función el período temporal que estamos aplicando. Mientras más corto es el período, mayor es la velocidad con la cual reacciona la estrategia, lo cual tiene claros beneficios en términos de adaptarse a los nuevos flujos de información. Por otro lado, una estrategia de más corto plazo implica también mayor rotación de activos y mayor riesgo de señales falsas.