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¿Interesado en los ETFs?

Conceptos básicos para invertir en ETFs

 

Conceptos básicos para invertir en ETFs

Los Exchange Traded Funds (ETFs) son instrumentos que se adaptan perfectamente a los inversores individuales que disponen de un capital limitado y buscan diversificar sus oportunidades y su riesgo. Pero ¿qué hace que los ETFs sean tan recomendables para inversores con estas características? En este breve artículo, intentaremos destacar los aspectos principales de este tipo de herramienta financiera.

Definición: un ETF es un fondo de inversión que busca replicar el comportamiento de algún activo subyacente (puede ser índice de acciones, el precio de una commodity, el precio de un conjunto de bonos…), cuyas partes o participaciones son operadas en bolsa. Es este último elemento que diferencia, en términos simplificados, un ETF de un Mutual Fund: el ETF puede operarse en bolsa tal y como si fuera la acción común de la empresa. Puede comprarse o venderse en todo momento en el que la bolsa está abierta, y no es necesario esperar hasta el final del día para concretar una transacción.

Los Mutual Funds son un concepto bastante antiguo en el mercado financiero (se originaron de una ley federal en los Estados Unidos en 1940), sin embargo, los ETFs son un concepto muy posterior y su origen fue en 1993, cuando en la bolsa American Stock Exchange se listó el primer ETF, con el objetivo de replicar el comportamiento del índice Standard & Poor’s 500.

En la actualidad, el universo de ETFs es sumamente amplio y permite a cualquier inversor acceder prácticamente al mercado, sector, región, materia prima o grupos de commodities que desee. Se trata de un instrumento que permite diversificar el destino de los fondos invertidos a un coste muy bajo, siendo estos dos elementos las claves de los ETFs desde la óptica del inversor.

Uno de los postulados principales en finanzas es el de la diversificación, que establece que para un inversor es fundamental diversificar sus colocaciones, evitando concentrarlas en unos pocos instrumentos. El trade-off que surge inmediatamente como consecuencia de la diversificación, son los costes operativos, en el sentido de que cuanto más se diversifique un portafolio, más caro será el mantenimiento y el coste operativo del mismo. Los ETFs, justamente, permiten inclinar este trade-off a favor del inversor.

Supongamos que un inversor, a los efectos de diversificación, decide colocar una parte de sus fondos en oro. Si recurriera a la compra física del metal, debería incurrir en un gasto por la custodia de la materia prima en un cofre de seguridad, así como un coste de transacción y una cantidad mínima operable relativamente muy altas. Alternativamente, puede recurrir a un ETF, por ejemplo, el SPDR Gold Shares (GLD), que busca replicar el precio del oro: en otras palabras, si el precio del metal precioso sube un 1% durante el día, el precio del ETF subirá también un 1%. El coste de este instrumento es idéntico a operar una acción común en bolsa, con un coste de gestión de su administrador de solo un 0,4% anual.

Pensemos ahora en un inversor que desea tomar una posición en el índice de acciones S&P 500, como uno de los indicadores más representativos del mercado de acciones de los Estados Unidos, porque cree que el precio de las acciones en ese país subirá, pero no quiere exponerse solamente a una acción específica o un grupo pequeño de ellas sino a 500 de las mayores y más representativas de dicho mercado en su conjunto. El índice como tal no es operable, de manera que, para lograr su objetivo, puede recurrir por ejemplo a un ETF que replique al indicador. En nuestro ejemplo, puede comprar el SPDR S&P 500 ETF (SPY), con un coste de administración de tan solo un 0,0945% anual y obtener la exposición que deseaba.

Consideremos, por último, el caso de un inversor que quiere diversificar sus ahorros en un portafolio que combine instrumentos de renta fija y renta variable, por ejemplo, bonos y acciones. Supongamos que busca una exposición de 50%/50% en ambas categorías. Dadas las mismas limitaciones que mencionábamos antes para el caso del oro, operar bonos puede no ser lo más eficiente en su caso, o puede no ser siquiera posible, dadas las cantidades mínimas de inversión que exigen estos instrumentos. Con ETFs, sin embargo, es posible construir un portafolio que brinde la ponderación deseada en cada tipo de instrumentos, con una estructura de costes muy eficiente.

En conclusión, si bien entraremos en detalles en sucesivos artículos, el elemento fundamental que un inversor tiene que valorar de la operativa en ETFs es que le brindan acceso a una combinación de diversificación/coste sumamente eficiente. Y adicionalmente, le permiten acceder a clases de activos a los cuales directamente no podría acceder de otra manera.